70 besos al fruto de una misma pasión. Cada vez que cayó, fue para aprender a levantarse.
Roger Federer salió a la cancha con la idea fija de obtener el 6to título de Maestro a través del desarrollo pleno de todos sus patrones tenísticos, con puntos muy altos de rendimiento ante Nadal y Ferrer. Para conseguir su trofeo N°70 en su carrera, debía eliminar al francés Jo-Wilfried Tsonga, a quien ya lo había vencido en el Round Robin y en la final de París-Bercy.
El partido comenzó con 7 games muy parejos. Cada uno conservó su servicio pero a sabiendas de que el rival podría hacer muchísimo daño con la devolución. La concentración era un factor clave y esencial. Por eso, cuando Tsonga sacaba 3-4, Roger tomó la iniciativa y logró conseguir 3 chances de quiebre. A partir de notables ejecuciones con su revés, concretó el 5-3 parcial que lo dejó sacando para el set.
Tras no poder concretar en sus primeras dos chances, se paró más adelante en la cancha y desparramó lateralmente a Tsonga para, en el tercer set point, quedarse con el primer parcial por 6-3 en 35 minutos.
En el segundo parcial, el trámite fue similar al primero hasta que Roger aprovechó una devolución con su derecha invertida paralela para quebrarle el saque a Tsonga y ponerse 3-2. Federer sostuvo hasta llegar a sacar para el campeonato 5-4. Allí, el francés generó tres chances de las cuales usufructuó la tercera, cuando pudo tomar la red y ponerse 5-5.
Mientras Tsonga sacaba asegurarse el tie-break, Roger tuvo una ventaja para quebrar y el galo aprovechó una derecha que quedó corta y la salvó con su drive. Luego, se pudo quedar con su servicio para ponerse 6-5. Con la solidez de su saque, Federer igualó el set para definir en el tie-break.
En la definición, comenzó sacando Tsonga. Sin embargo, Roger se puso rápidamente arriba 5-2. Pero dos errores con el drive y uno con la devolución, emparejaron el tie-break. Federer llegaba a tener su primer machtpoint en el 6-5, pero Tsonga se afirmó con su servicio y metió un winner de derecha para el 6-6. Un gran servicio del francés lo dejó setpoint 7-6 y luego una excelente devolución con su drive invertido le aseguró la segunda manga.
El último set arrancó con un Federer sólido desde su saque y un Tsonga colaborador, al cometer numerosos errores no forzados. Roger estuvo algo estático de piernas y buscando que los puntos fueran lo más breves posible. Mucho intercambio cruzado entre los drives y ninguna chance de quiebre. Fue un set jugado bajo una tensión inmensa.
De todos modos, siempre se lo observó más enfocado y atento a Roger que al francés. La solidez del servicio del suizo sería la clave. En el octavo game (4-3), Tsonga se encontró con un Federer más agresivo desde la devolución que lo forzó durante todos los puntos. Tal es así, que el galo falló dos veces con su drive en posición ofensiva y le dio la primera chance de quiebre del set. Tomando la red con saque y volea, Tsonga la recuperó. Sin embargo, Roger forzaría una segunda chance que el francés salvaría con una volea cruzada. Pero en la tercera ocasión, Federer lo abrió para invertirse de derecha y lo hizo correr 10 metros haciéndole pegar muy incómodo su drive (5-4).
Tras conseguir el quiebre, Roger sacaba para campeonato nuevamente. Con dos saques ganadores y una exquisita definición en la red conseguía tres puntos para torneo (40-0). En el primero no dio ningún tipo de chance y subió rápidamente a la red con una pelota corta de Tsonga para definir con su volea y festejar el Campeonato.
La emoción volvió a tomar protagonismo en el rostro del suizo, que alzando sus brazos, mostraba la entereza de un jugador mágico. El mejor tenista de todos los tiempos, en su final número 100, conseguía su título 70, y con sus 30 años, dijo “aquí estoy… pues nunca me he ido”.
Inmediatamente al cierre del partido, la banda inglesa Coldplay empezó a sonar de fondo. Tras 2 horas y 18 minutos de un tenis apasionante, Federer se acercaba a recibir su trofeo ante la mirada atenta del O2 Arena de Londres. Su familia, su grupo de trabajo, las autoridades, el público y el mundo entero, se emocionaron cuando la canción “Fix you” teloneaba junto a una marea de papelitos azules y blancos el momento más emotivo del año.
Luego de la inexplicable derrota ante Djokovic en el US Open, el descanso le vino fantásticamente bien al suizo: 3 títulos consecutivos y 17 partidos invicto. Ganó todos los que jugó en la serie Indoor (5 en Basilea, 5 en Paris y 5 en Londres) más los 2 con Suiza en la Copa Davis.
El Record Man del Tenis, necesita 2 semanas más como número 1 en su carrera, para ser el jugador con mayor permanencia en lo más alto del ranking. Claro, que ya es el más ganador de Grand Slams y Masters Cup, entre otras tantas cosas. También le queda la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos, algo que buscará, paradójicamente, nuevamente en Londres.
Nada termina si vuelve a empezar, y la “Pasión de Federer” se recicla constantemente, mal que le pese a unos cuantos.